En el último tiempo, sobre todo con lo ocurrido en Punta de Choros y la termoeléctrica que finalmente no se construirá, ha estado muy en boga el tema de la ecología en nuestro país. Rostros televisivos, como actores, periodistas y conductores, han manifestado su preocupación con slogans que llaman a la creación de conciencia, invitando a los jóvenes a ser parte de esta nueva “generación verde”. Pese a que parece ser un cambio bastante positivo, sería oportuno plantearse si es realmente un nuevo estilo de vida o una simple moda pasajera.
El día en el que todos los medios dieron a conocer la aprobación por parte de la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) acerca de la construcción de la termoeléctrica, parecía bastante impresionante la cantidad de estados de Facebook o Twitter que apelaban al repudio de dicha decisión. Si bien es cierto, muchas personas deben haber recabado información acerca de los verdaderos daños que provocaría esto, no parece completamente descabellado pensar que en algún porcentaje la masificación se debió a personas que sólo apoyaban la causa por no quedar fuera de esta “ráfaga mediática”.
No podemos desvalorizar tampoco el entusiasmo que muchos de los jóvenes presentaron con dicha situación que, sin más, fue completamente evidenciada en las marchas realizadas a lo largo de todo el país, en donde las calles se repletaron de pancartas en defensa de nuestra ecología, sin embargo, ¿cuántas de esas personas se encuentran en nuestra actualidad realmente comprometidas con la mejora y protección del medio ambiente?
Para adentrarnos más en el tema de los jóvenes y el interés por el medio ambiente, le consultamos acerca de esto, al coordinador de voluntarios de Greenpeace en Chile, Sergio Corrales, quien aseguró que “el numero de jóvenes inscritos en esta organización, es variable, pero en general en todo el país, son 100 los voluntarios registrados. Todos colaboran de diversas maneras; a través de charlas, difusión en la calle, colaboración con organizaciones sociales y en ocasiones con protestas. El rango de edad va de los 18 a los 25 años”.
Además de lo anterior, tras preguntarle acerca del compromiso de los jóvenes con el medio ambiente dijo que “en general hay una tendencia de la gente a la inmediatez y los cambios medioambientales lamentablemente son lentos; pueden pasar mas de 10 años (ej: Ley de Bosque). El compromiso en general no pasa sólo por ser parte de una organización, sino también en verlo como algo que se realiza en el día a día”.
Lo que a muchos se les olvida, es que los cambios ecológicos nacen de lo que podamos lograr en nuestro propio mundo, y junto con eso, de la coherencia de nuestros actos con lo que expresamos. Muchos jóvenes no tienen reparos a la hora de tirar basura en la calle, usar desmedidamente aparatos electrónicos (todos a las vez), contaminar parques y plazas con desechos de comida o alcohol, entre otros malos hábitos, sin embargo, su adhesión con dicha injusticia nacional, fue inmediata y eufórica.
El llamado, más que a unirse a grupos de Facebook que proclaman a la preservación de animales en extinción o a la cancelación de proyectos dañinos para nuestro medio ambiente, es a que los jóvenes tengan una colaboración activa en la ecología, partiendo desde su propio estilo de vida. De nada sirve reclamar un día a través de una red social o ir a una marcha masiva si seguiremos aportando, en nuestra cotidianidad, con la contaminación del planeta.
Esperamos que la real preocupación por nuestro medio ambiente, las consecuencias del calentamiento global y la contaminación que el hombre cada día entrega de forma más aberrante a nuestro planeta, no sea algo de la boca para afuera, ni mucho menos, una moda pasajera. La generación de conciencia debe ser a largo plazo y con más acciones que discursos.
Ustedes qué piensan frente a lo planteado ¿El ser ecologista se ha transformado en una moda? ¿De que forma estás aportando tú con el medio ambiente?