Antes que todo, debes saber que isapre es una sigla, que quiere decir Instituciones de salud Previsional y que según su web son “instituciones privadas que captan la cotización obligatoria de los trabajadores que libre e individualmente han optado”. Esto quiere decir que, quienes no opten por Fonasa, el administrador previsional de salud público, pueden optar por alguna de las isapres y tomar un plan de salud acorde a su sexo, edad y estilo de vida.
En Chile, entonces, existen dos sistemas de salud. El primero; el estatal, que comenzó a establecerse a partir de 1952 cuando se creó el Servicio Nacional de Salud, el cual llegó a administrar el 90 por ciento de las camas del país y proporcionaba la mayoría de las consultas médicas y exámenes de apoyo diagnóstico a nivel nacional.
El sistema tuvo una gran importancia en el desarrollo de la salud en Chile, pero con el tiempo empezó a tener complicaciones debido a problemas derivados de una extrema concentración de los recursos estatales, en tiempos donde el Estado era completamente subsidiario.
Es por eso que en 1981 se gesta el sistema de isapres, las cuales debutan oficialmente en 1983 gracias a un DFL (Decreto con Fuerza de Ley) del Ministerio de Salud, que dio origen a uno de los cambios más trascendentales del sector. Ello permitió la administración privada de la cotización obligatoria de salud de los trabajadores y, al mismo tiempo, se reconoció la libertad y capacidad de las personas para optar al sistema de salud que escogieron.
Una de las bondades de este sistema es, según las isapres, que “ha contribuido al desarrollo global del sector salud en Chile, descongestionando al sector público y permitiéndole a éste, por tanto, centrar sus esfuerzos en las personas de más bajos recursos”. Actualmente, cerca de 2 millones 700 mil personas son beneficiarias de este sistema, de los cuales, cerca de 100 mil son mayores de 60 años.
Por lo anterior, se han desarrollado productos de bajo costo como planes colectivos, enfermedades catastróficas y tercera edad. Y todo esto por el 7 por ciento de sus remuneraciones.
Y es ahí donde está el detalle de este sistema. No va a ser el mismo 7 por ciento, el de un gerente que el de un obrero de la construcción. Por ello, dentro de las condiciones que pone el sistema de isapres, está el estudio de las liquidaciones de sueldo y solvencia del futuro beneficiario.
Al optar por una isapre, los afiliados renuncian al sistema público, dejando de aportar el porcentaje obligatorio previsional, para cederlos a la institución elegida. El nuevo afiliado por ello, tiene derecho a obtener beneficios de salud para él y su familia, según el plan elegido y el valor involucrado.
Los contratos de salud previsional deberán ser pactados por tiempo indefinido, y no podrán dejarse sin efecto durante su vigencia, sino por incumplimiento de las obligaciones contractuales o por mutuo acuerdo.
Al establecerse un contrato entre la isapre y el cotizante, se deberá considerar como beneficiarios a él y a todas sus cargas legales. Las isapres podrán aceptar que el cotizante, además de sus familiares, incluya en el contrato de salud como beneficiarios a otras personas, que se denominan cargas médicas. Estas personas enterarán cuando ingresen sus cotizaciones de salud en la isapre y dejen de ser beneficiarios del Fonasa.
Las isapres incluso podrán celebrar contratos de salud con personas que no se encuentren cotizando en un régimen previsional o sistema de pensiones, ellas se denominan como cotizantes voluntarios. Estos, eso sí, no tienen derecho al pago de subsidios por incapacidad laboral.
Cotizar y comparar, puede parecer un cliché publicitario pero es importante. Mal que mal, estás tratando con empresas de salud, pero empresas igual. Infórmate en la web de la Superintendencia de Salud y en la de las isapres.
Isapres: Salud en manos privadas
Publicado
por
Rocio Novoa