Créditos Hipotecarios: Una vía para cumplir el sueño de la casa propia

Establecer relaciones con la banca requiere de una importante preparación. Con mayor razón si a lo que se quiere acceder es a un crédito para comprar una vivienda. Pero, ¿Qué es un crédito hipotecario? Tal como lo explica Bancafacil, el sitio de contenidos educativos de la banca dependiente de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, SBIF, “Es un préstamo a mediano o largo plazo que se otorga para la compra, ampliación, reparación o construcción de una vivienda, compra de sitios, oficinas o locales comerciales, o para fines generales, es decir, los proyectos que el cliente que recibe el préstamo desee llevar a cabo”.

Pero la adquisición no queda ahí porque “la propiedad adquirida queda en garantía o "hipotecada" a favor del Banco para asegurar el cumplimiento del crédito”, indica el sitio Web de la SBIF. Por ello es que, antes que todo debes tomar el crédito a adquirir como una responsabilidad importante y a largo plazo, debido a los plazos dispuestos para pagar y a la magnitud de la inversión.

Lo segundo que debes hacer, en el plano de la preparación de tu terreno económico para recibir un crédito hipotecario, es planificar tu presupuesto para planificar qué hacer en caso de no tener los recursos para enfrentar esta deuda. Recuerda que el lugar donde vives es el que estará en juego.

Existen varios tipos de créditos hipotecarios, los cuales se distinguen por el documento que se utiliza para hacer obligatorio el pago de éste. Los sistemas más utilizados para estos fines son las letras de crédito, o letras hipotecarias y los mutuos hipotecarios.

Las letras hipotecarias son con documentos que emite el propio banco, “éstas pueden ser transadas por el banco en la Bolsa de Valores o ser adquiridas por el propio banco o un tercero relacionado, obteniéndose así los recursos que financian el crédito otorgado al deudor”, dice SBIF en su sitio de preguntas frecuentes.

“En la escritura de crédito hipotecario o mutuo debe precisarse la parte contratante que se hará cargo de esta diferencia. En caso que resulte ser el deudor, éste deberá soportarla y pagarla por lo que se le recomienda que antes de hacer la operación, investigue en el mercado el valor al que se han transado letras similares en los días previos a realizar su propia operación”, continúa la web de la Superintendencia. En otras palabras, es importante cotizar las alternativas de los distintos operadores bancarios antes de concretar el crédito.

Por otra parte, los mutuos hipotecarios se dividen en dos tipos: los endosables y los no endosables. Los primeros son un préstamo en pesos o unidades de fomento y que se transa en el mercado a través de un endoso. Así, el solicitante del crédito recibe el monto aprobado y no se genera una diferencia como puede ocurrir en los créditos otorgados con letras hipotecarias. En el caso de los segundos, “el banco financia el préstamo con recursos propios, pero a diferencia del anterior no puede ser transferido mediante endoso”. Entonces, la principal diferencia entre estos es la relación que toman los dineros con las partes en el crédito, en este caso, tú, el banco y la inmobiliaria en la que adquirirás tu vivienda.

Hay otro consejo muy importante por parte de la SBIF: “hay que tener claros algunos de los costos asociados al crédito hipotecario: impuesto de timbres y estampillas, gastos notariales, primas de seguro de incendio y desgravamen que, en este caso, son obligatorios, derechos de inscripción en el Conservador de Bienes Raíces, tasación de inmueble hipotecado, estudio de títulos y redacción de escritura”. En algunas inmobiliarias estos costos los asumen como parte de promociones y otros incentivos.

Siguiendo todos estos consejos estas listo para acercarte a alguna institución financiera y pedir tu primer crédito hipotecario. Infórmate de los requisitos y condiciones en cada banco y en la la página de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, SBIF

¿Te atreves y te animas a pedir un crédito de estas características para cumplir el sueño de la casa propia? ¡Recuerda planificar y cotizar!