La universidad, muchas veces parece lo mejor que nos ha pasado en nuestra vida de estudiantes. Esto, se puede deber a que entramos a un mundo donde todo es distinto; los compañeros, los gustos e ideologías que forjamos aquí, son los que nos acompañarán por mucho tiempo más.
Claramente, “la U” pasa a formar parte de nuestra vida diaria, pues es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Asimismo, no es menor tener en cuenta, qué hacer o donde acudir cuando en este lugar, por esas cosas de la vida, nos agarra un resfrió, un dolor de cabeza o de muela y hasta una fractura.
Hay muchas instituciones que cuentan con algún tipo de plan de salud, donde sus alumnos pueden pagar pequeñas cantidades de dinero y ser fácilmente atendidos. Por ejemplo, en la Universidad de La Frontera, los alumnos tienen acceso a diferentes médicos, con un bajo costo que bordea un máximo de tres mil pesos.
Otra de las instituciones con plan de salud, es la Universidad Católica del Norte, donde alguna de sus atenciones son: medicina general, pediatría, psicología, obstetricia, entre otras destacadas en la página Web del establecimiento.
Por otra parte, la Universidad Mayor, cuenta con salas de enfermerías, además de un convenio con la Clínica Dávila para sus alumnos. Así también la Universidad Santo Tomas, que tiene un descuento en atención dental y la Universidad Católica, que hace algunos meses lanzó un seguro para alumnos de post-grado, por sólo nombrar algunas. En cambio, hay otras donde ni siquiera existe una enfermería en la cual se pueda atender pequeñas emergencias.
Todo estudiante tiene un seguro, el cual sólo cubre accidentes, pero no así enfermedades que pueden ser contraídas por efectos del estudio u otros. Haciendo el análisis de esta situación, sería bueno que las universidades se reunieran a analizar este tema en conjunto y así ver la manera de entregar a todos los estudiantes, una alternativa más completa de salud.
Cuando uno busca información en la página del Mineduc, no encuentra información relacionada al tema. Es por ello, que podríamos suponer que aún no es un tema para el Gobierno, ya que deja todo en manos de las universidades, con el fin de que cada una desarrolle el plan de salud que mejor les parezca. Pero, ¿Qué sucede cuando los seguros o servicios de atención no son los suficientes para los estudiantes? Es ahí donde está el punto débil de este sistema.
Crear una especie de sociedad o institución la cual entregara beneficios en el área de salud, sería una buena iniciativa. Sobre todo, para aquellos estudiantes que vienen de regiones o viceversa y, que al llegar a sus respectivos lugares de estudio, se encuentran a la deriva, sin ningún tipo de cobertura médica. Incluso, sería bueno crear una especie de Isapre universitaria, que funcionara bajo las ventajas de un convenio colectivo para todos los estudiantes. De esta manera, tendríamos asistencia médica durante las 24 horas.
Sé que puede sonar un poco exagerado, pero de igual forma, pensemos en esos alumnos que sus padres no tienen los recursos para pagar la universidad; ellos trabajan para financiarse sus estudios y a su vez se encuentran bajo un sistema laboral donde emiten boleta de honorarios. Con lo anterior, no tienen ningún tipo de asistencia médica, más que la particular, la que tiene un costo muy alto.
No trato de hacer una crítica sin fundamentos, ya que si bien existen muchas universidades que tienen beneficios propios, muchas veces estos son insuficientes. Sobre todo, cuando se vive en una sociedad donde el estrés aparece como una de las causas por las cuales los universitarios dejan los estudios. Tal vez, la atención sicológica tendría mayor demanda y, a su vez, las universidades se harían también un favor, ya que de esta manera, amortiguarían la tasa de deserción universitaria.