“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” es un clásico dicho que muchos tenemos como filosofía de vida. Sin embargo, a veces no podemos ser fiel a éste, producto de otros compromisos que suelen surgir. Las horas al doctor, las reuniones de apoderados o cualquier tipo de eventualidad, nos obligan a dejar los quehaceres para el día siguiente y acumular trabajo extra, incluso contra nuestra voluntad.
Pero no hay que negar que a veces también nos pasa por flojos. De repente queremos salir antes del trabajo y le inventamos una excusa al jefe para sólo ir a dar la vuelta, sin siquiera tener cosas importantes que hacer. Esto sólo se transforma en trabajo acumulado y en un estrés de más para nuestra rutina.
Acumular trabajo es una mala idea por donde se le mire: nos obliga a realizar nuestras labores bajo presión, lo que, finalmente, puede significar un trabajo hecho con poca dedicación, debido a la rapidez con que tenemos que funcionar para lograr las metas a tiempo. Además, se hace bastante frustante no alcanzar nuestros objetivos en tan pocas horas y, por lo demás, el reto del jefe es algo que se verá venir si es que no consigues terminar con tus tareas.
Ahora bien, si resulta imposible evitar la acumulación de trabajo, teniendo en cuenta que debes pagar cuentas, ir al banco, etc., no queda otra que hacerse la idea de trabajar en casa. Quedarse hasta un poco más tarde avanzando en lo que no hicimos durante el día, es lo único que podemos hacer, si no queremos andar estresados al día siguiente, intentando terminar con lo que no hicimos en la jornada anterior.
Hay que saber organizarse para no caer en el vicio de acumular trabajo. Planear en una agenda todo lo que tenemos pendiente es una excelente idea para evitar esto, y así después no andar lamentándonos por tantas cosas que tenemos pendientes.
Y tú, ¿qué haces cuando se te acumula mucho trabajo para un sólo día?
¿Acumular trabajo?: mala idea
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