Durante la última década, la visita de algún artista de renombre internacional a nuestro país, es algo bastante normal. Atrás quedaron los tiempos en que los conciertos eran un episodio fuera de lo común; hoy, cada mes hay eventos musicales de gran revuelo, que llenan estadios y teatros con cientos y miles de fans ansiosos de escuchar en vivo a sus artistas favoritos. Suena todo muy bonito, pero existe un problema, ¿cuál es?: la gran estafa de las productoras.
Así es. Los increíblemente altos precios, son el lado feo de una situación que podría ser una alegría para todos los fanáticos. Y no es sólo eso, sino que las fechas de los conciertos son anunciadas con muy poco tiempo de anticipación, por lo que, la mayoría de las veces no somos capaces de ahorrar lo que cuesta una entrada en tan escasos días.
Hace unos años, Chile es visto como un excelente negocio, tanto para las bandas como para las productoras que las traen. Nosotros somos los únicos afectados, y brígidamente. Para ser exactos, o al menos para redondear, los precios de las entradas no bajan de los 15 mil pesos y, a veces, alcanzan hasta las 100 lucas, si lo que queremos es estar al lado del escenario, para poder sacar buenas fotos y poder decir que estuvimos a sólo pocos metros del músico que nos vuela la cabeza.
La música se ha vuelto cada vez un arma perfecta para dejarnos en bancarrota, cuando debiera ser todo lo contrario. Lo mismo ocurre con los discos, y sus precios que a cualquiera le quitan las ganas de comprar “el original”. Son pocos los que invierten más de 10 mil pesos en un cd, cuando, además, se puede bajar en cosa de minutos de Internet.
El Ministerio de Cultura se ha referido en más de una ocasión a este caso, pero la verdad es que no se ven avances en ningún sentido. Nadie niega que es la raja que los conciertos vayan en incremento, pero ¿qué gracia tiene que vengan tantos artistas, si no podemos darnos el lujo de asistir a sus presentaciones? Yo puedo decir que me he perdido grandes recitales por el simple hecho de no tener plata. Esto pasa, sobre todo, cuando vienen hay dos o más conciertos a los que quiero ir con todo mi ser, pero lamentablemente tengo que elegir sólo uno, si no quiero morirme de hambre, tras gastar tanta plata.
La única opción que nos queda es participar en cuanto concurso aparezca en Internet o en la radio, y tener la esperanza de ganarnos una entradita. En el sitio Carretes.cl siempre está lleno de oportunidades para concursar, y nuestra buena suerte puede ser nuestra mejor amiga en estos casos. Por lo demás, un concierto gratis se disfruta mucho más que uno con el que quedamos endeudados hasta las patas.
Este año se vienen varios conciertos y festivales masivos. Por nombrarles sólo algunos, están el Maquinaria Festival, Don Omar, Green Day, Rush y Crystal Castles. Tenemos para todos los gustos, la cosa ahora es ahorrar, y esperar a que algún día bajen los precios de las entradas, para no quedarnos con las ganas y la pena de habernos perdido el que podría haber sido el concierto de nuestras vidas.
¿Qué opinas tú de los altos precios de las entradas en Chile, y de cómo las productoras se llenan los bolsillos con nuestro fanatismo que puede, incluso, endeudarse por años con tal de ir a ver a nuestro artista favorito?