Aaah, la infancia (suspiros). ¿Cómo olvidar esos años en los que las preocupaciones no eran parte de nuestras vidas, y lo único que realmente nos importaba era jugar y pasarlo bien con los amigos del barrio? Salir a la calle a dar vueltas con los demás niños era cuento de todos los días, y quedarnos en casa era una situación que se daba en escasas ocasiones: cuando daban nuestro programa favorito o cuando estábamos enviciados con el último juego de Nintendo que nos habían regalado.
Pero las cosas ya no son como antes. Los niños de hoy no tienen idea qué lo que es “el luche” o “las quemaditas”. Ahora, ya con 6 años de edad, los pequeños disfrutan con otro tipo de diversiones que, por lo general, se encuentran en el computador y en los los juegos que sitios webs como el de Discovery Kids o Nickelodeon les proporcionan.
De mis juegos de infancia recuerdo millones. El que estuvo más de moda, entre las niñas sobre todo, fue “la media”. Éste era un juego bastante artesanal y simple, que consistía en romper unas pantys de nuestra mamá (a escondidas, por supuesto) y llevarlas al colegio para comenzar la diversión. Dos niñas debían instalarse a cada extremo, enganchando la panty rota en los pies, y estirándola para dejar un espacio donde una tercera niña tendría que hacer maniobras sin que la panty se soltara. Es difícil de explicar, pero sé que las que lo jugaron me entienden a la perfección.
Otro juego que hoy en día se ve poquísimo, es saltar la cuerda. Antes, casi todos los niños tenían su propia cuerda; ésas de colores que vendían súper baratas en cualquier tienda de juguetes. Ponerse a jugar “Manzanita del Perú” era un clásico de todos los recreos. Lo mejor era que uno podía jugar con varios amigos o, en una volada más autista, podías acortar la cuerda y jugar un rato solo.
Si seguimos hablando de clásicos, no podemos dejar de lado las Naciones. Era bacán porque se podía jugar de a hartos, pero se necesitaba un espacio grande para que fuera chori de verdad. Lo mismo con las quemaditas. Yo las jugaba en el colegio, incluso a veces en la clase de Educación Física cuando la profe andaba buena onda, y así la hora era menos tortuosa y más divertida. Igual siempre le tuve un miedo inexplicable a la pelota, y era de las primeras en perder, pero son cosas que pasan, jajaja.
Las escondidas es otro juego infaltable, sobre todo en los cumpleaños. Quizás más adelante se fue desvirtuando la cosa, y apareció la escondida china, que era un poquito más osada, ya que al encontrar a una persona del sexo opuesto, había que darle un piquito. Sin duda, el sueño que todos teníamos con el niño(a) que nos gustaba.
También estaba el semáforo o la botella, pero eso ya era más entrada la adolescencia, cuando empezamos a hacer carretes en casa, obviamente todo piolita e inocente. Lo penoso era que los menos agraciados eran súper humillados en estos juegos, porque nadie quería darles besos, lo que se transformaba en una situación demasiado penosa.
Ya para los más nerds que nos gustaba quedarnos en casa a veces, podemos mencionar las decenas de juegos de Super Nintendo. Mario World, Donkey Kong, Street Fighter son sólo algunos, pero lo mejor era ir a arrendar otros al Blockbuster, y siempre sorprendernos con las novedades de la sección de estreno.
Y tú, ¿de qué juegos de infancia te acuerdas? Comparte con nosotros todos aquellos recuerdos, ya que más de alguno se nos puede haber quedado en el tintero.