El otro día, conversando con unos amigos, salió el tema de la Municipalización en nuestra educación. El debate me hizo recordar la Revolución Pingüina de 2006 en donde miles de escolares protestaron por reformas a la entonces Ley Orgánica de Educación (LOCE), criticando puntos claves que estarían generando desigualdades y baja calidad de enseñanza; entre ellos, el que pretendo poner sobre la mesa en esta nota.
Pero antes de preguntarles sus opiniones con respecto a este tema, es necesario introducir, para quienes no lo tengan claro, acerca de que significa estar bajo un sistema de educación municipalizada.
En el régimen militar de nuestro país se tuvo un vuelco radical en la visión educativa: acá el desprendimiento del Estado en el financiamiento generó la imagen de lo que hoy conocemos como "subsidio". De esta forma, se incentiva la creación de escuelas mixtas, o mejor conocidas como "subvencionadas", que representan una educación financiada en parte por el fisco, en parte (y administrada también) por particulares.
Se genera entonces un sistema educativo en donde participan conjuntamente 3 formas de establecimientos: municipales, privados y subvencionados. De esta forma, cada municipalidad se hace cargo de sus colegios, con un completo desprendimiento fiscalizador y administrativo por parte del estado.
La problemática principal de este sistema es la siguiente: todas las municipalidades de nuestro país poseen distintas administraciones y diferentes recursos, en algunos casos, abismantes. Les pongo como ejemplo un establecimiento ubicado en La Pintana y otro en Las Condes; la consecuencia parece lógica: el primero jamás podrá alcanzar en términos monetarios al segundo.
Y la diferencia de capital puede ser traducida en diversos recursos: tecnológicos, de infraestructura, sueldos de profesores, materiales de estudio, etc., que a la larga se manifiestan en la calidad educativa que recibe cada uno de los alumnos de cada uno de los establecimientos. Por razones obvias: los niños de La Pintana nunca podrían estar al nivel de los de Las Condes.
De esta forma, como cada comuna tiene ingresos distintos, para financiar los distintos proyectos, la disponibilidad de recursos es diferente, generando entonces una inequidad social de forma inmediata.
Por otro lado, la gran crítica hacia los colegios subvencionados apunta a que no existen organismos destinados a fiscalizar los recursos del fisco que ingresan en ellos. La subvención fijada para alumnos de la básica es, actualmente, de $31.000 al mes, mientras que para la enseñanza media ésta varía hasta los $37.000, pero nadie está asegurando que dicho dinero sea invertido tangiblemente en cada uno de los escolares.
Me parece ilógico que un sistema tan desigualitario e intensificador de brechas sociales sea el que rige actualmente nuestra educación, y lo que es peor, que no existan instancias políticas y comunitarias de debate frente a esta situación.
¿Terminar con la descentralización? ¿evaluar otros mecanismos mucho más integrales y menos disgregadores? ¿crear organismos fiscalizadores eficientes?; son las preguntas mínimas que debiesen estarse discutiendo actualmente en nuestro país, pero que como muchas temáticas importantes, brillan por su ausencia.
Y tú, ¿qué opinas acerca de del sistema educativo regido por la municipalización? ¿estás de acuerdo? ¿crees que debería debatirse la idea de cambiarlo? Te invitamos a incentivar la generación de un debate de fondo en cuanto a este importantísimo tema.