Mi despertador sonó a las 6:30 AM en punto. Prendí el televisor e inmediatamente comencé a sentir esa euforia típica mundialera: mientras en el Mercado Central se llenaba poco a poco de hinchas que disfrutarían del primero partido de Chile, en Dichato, Sebastián Piñera se alistaba para tomar desayuno con los damnificados de la Región del Bio- Bio, y así, alentar desde allá a La Roja.
A las 7 AM me junté con un grupo de amigos para comprar nuestro desayuno de campeones, y así, gritar por La Roja con más energía. Un cafecito a la vena y estábamos dispuestos y preparados para admirar a nuestro país jugando en un Mundial; la emoción no podía ser menor: hace 12 años que no apreciabamos dicha instancia.
Todos expectantes frente al televisor, sentimos el pitazo inicial y, sin más, los gritos de fuerza y garra se hicieron sentir de inmediato; nuestra mentalidad era una sola: Chile debía ganar. Obtener un triunfo en el primer partido, sin duda, era importante en cuanto a resultados estadísticos, pero aún más, psicológicos.
Los diez minutos iniciales del partido se hicieron sentir rápidos e intensos, y desde el primer momento la pelota se inclinó hacia el sector de nuestro país, lo que se sostuvo a lo largo de todo el encuentro. En el minuto 34 Chile al fin pudo concretar el tan esperado gol, con la euforia adrenalínica de todos los que estábamos frente al televisor, incluyendo gritos y hasta abrazos.
Finalizando el primer tiempo, y con un tanto a nuestro favor, la situación daba para un cigarrito de relajo. Evidentemente lo ideal era aspirar a otro gol, y así, asegurar el triunfo, sin embargo, la historia del chileno no cambia: el sufrimiento de mantener el marcador se alargó por eternos 48 minutos.
El desempeño de Chile fue, a lo largo de todo el encuentro, evidentemente superior a Honduras. Las oportunidades de gol de nuestro país fueron pronunciadas, y en más de algún momento el pensamiento fue general: " ¡Suazo habría metido esa pelota!". De todos modos, no podemos dejar de mencionar a quien brilló en este partido, por su impresionante habilidad y rapidez mental: Alexis Sánchez. El aguante que tiene este hombre me impresiona: no le importa estar rodeado por 3 o más oponentes, siempre salva y de buena manera.
Cuando faltaban pocos minutos para las 10, el arbitro dio por finalizado el encuentro y el saborcito a triunfo ya pudo ser disfrutado por todas las de la ley. Un 1-0 para Chile, posicionándose como puntero del Grupo H, y otorgándole a nuestro país, además, la alegría de ganar un partido en el Mundial; situación que no se llevaba a cabo desde hace casi 50 años.
Las sorpresas no se hicieron esperar y un par de horas después todos quedamos boquiabiertos con la derrota de España ante Suiza; por un tanto a cero. El camino más fácil para Chile habría sido que La Madre Patria se llevara los 3 puntos, y así, dejar sin alternativas a los otros dos rivales, concentrando todos los puntos en ellos y nuestro país.
El escenario al que nos enfrentamos ahora podría llevarnos a un triple empate con 6 puntos cada uno, entre Chile, España y Suiza; que finalmente haría clasificar a los dos que posean más cantidad de goles. No es la situación más cómoda para nuestro país, pero las posibilidades de pasar a una segunda ronda son bastante esperanzadoras.
Sea como sea el resultado de los demás países, lo importante ahora es la mentalidad de La Roja: ganar todos los partidos. Sacar la calculadora y depender de otros nunca es lo óptimo, pero da igual, si es así, ¡igual estaremos contigo Chile querido!
Y tú, ¿viste el partido? ¿Cómo lo viviste? ¿tus pronósticos? Comparte con nosotros tu experiencia viendo a Chile en el mundial y las expectativas que posees.