El año pasado hice mi tesis entre marzo y diciembre, mes en el que me presenté frente a mi profesor guía, amigos, mi pololo y otra gente que fue a ver a mis compañeros. Significó un trabajo extenuante, sobre todo porque en mi carrera se hace de forma individual y, tener que investigar un tema durante un año completo, es bastante carga para sólo una persona. Pero hay que saber organizarse no más, de esta forma no costará tanto llegar a un resultado final óptimo, del cual nos podamos sentir orgullosos al entregarlo.
Muchos hablan de la defensa de tesis como un episodio traumático en la vida de los universitarios. Quizás en un comienzo sentí miedo al saber que ya era hora de empezar a escribir mi tesis, y de prepararme mentalmente para exponerla a fines de año; pero con el pasar de los meses empecé a tomarle el gustito a mi trabajo, y lo incorporé a mi vida diaria de la mejor forma. Me la pasaba buscando información donde pudiera, con tal de incorporarla a mi tesis para que ésta fuera más completa.
Hay universidades o carreras determinadas en las que la tesis es un proceso muy cuático y complejo, pero en realidad yo puedo decir que para mí fue algo súper relajado, ya que, además de que yo tenía mi propio ritmo de trabajo, mi profesor guía fue siempre un siete conmigo, y me ayudó en todo lo que necesité, ya sea información, datos o simplemente apoyo moral en los momentos en que no sabía para dónde iba a la micro.
La evaluación de la tesis en mi caso consistía en una nota por cada avance que yo le entregara a mi profesor, lo que se acumulaba con la nota final de la investigación empastada, además de la defensa de tesis. Pero en otros casos, he sabido que se trata de un proceso mucho más complejo, en el que los alumnos deben hacer una especie de pre-práctica, siendo supervisados por profesionales que influyen en la nota final. Además, el trabajo completo es evaluado por una comisión que incluye a varios profesores, entre ellos, el jefe de carrera.
La tesis para mí significó una experiencia mucho más simple de lo que yo esperaba. Fue una larga investigación, que me ayudó a aprender demasiado y a ser disciplinada y constante con mi trabajo. Obvio que hay que tener un ritmo adecuado, si no queremos que se vaya todo el esfuerzo a la punta del cerro. Yo tuve un par de compañeras que iban una vez a las mil a las reuniones con el profe guía, y nunca sabían qué era lo que tenían que hacer, y lo único que produjo esa actitud fue que no pudieran defender su tesis, y tuvieran que esperar hasta este año para empezar de nuevo.
Para que una tesis quede perfecta, es necesario tomarle el peso que tiene, y lo primordial es sentirse a gusto con el tema. Ésta no es una investigación como cualquier otra que hemos hecho antes; sino que se trata de un importante esfuerzo que haremos antes de dar un gran paso en nuestras vidas. En algunos casos sirve para obtener la Licenciatura; en otros para titularnos y pasar a ser profesionales, y es por eso que debemos ponerle todo el empeño para lograr el mejor resultado.
Si ya hiciste tu tesis, cuéntanos tu experiencia, ¿te costó hacerla? Si no la has hecho, cuéntanos como te estás preparando para enfrentarte a este proceso tan necesario en nuestras vidas.