El desinterés de los jóvenes por la política de nuestro país no es algo que sorprenda. Las estadísticas son absolutamente reveladoras: en la década del 80', con el famoso plebiscito, el 36% de los jóvenes de entre 18 y 30 años estaba inscrito en los registros electorales. Actualmente, en las últimas elecciones del presente año, tan sólo el 9,2% del mismo rango de edad votó en los comicios.
Otros datitos que te pueden dejar la cosa más clara son los siguientes: actualmente el 90% de los jóvenes de entre 18 y 24 años no vota; además, el 46,4% del universo total de inscritos tiene más de 50 años. Esto deja entrever que la gama de votantes no se renueva, y por ende, las ideas políticas de nuestro país no se regeneran.
Tras estas cifras reveladoras, un análisis de por qué los jóvenes sienten este rotundo desinterés por la política, no estaría de más:
Si hoy se relaciona a los jóvenes con política, los primeros adjetivos que vienen a la mente son, sin duda: apatía e individualismo; cada uno en su mundo, desmereciendo la influencia que podría tener la suma de todas sus opiniones. De hecho, la gran mayoría tiene la sensación de que un voto no hace la diferencia.
Desde mi perspectiva, me parece bastante irresponsable no estar al tanto de situaciones importantísimas para nuestra sociedad como lo son, por ejemplo: la aceptación o no del aborto; la legislación acerca de matrimonios homosexuales o simplemente, las reformas educativas. En cierta medida, quienes no poseen ningún interés frente a estas situaciones viven en una especie de "burbuja", y no tienen bien integrada la lógica de que en algún momento dejaremos de ser jóvenes, y por ende, las decisiones tomadas por políticos nos afectarán directamente.
Pero tampoco se les puede despreciar por pensar así. Las razones por las que la mayoría de la juventud de nuestro país siente un real hastío de la política, tienen que ver con que no se sienten representados por los ideales ni pensamientos de quienes nos conducen y legislan. Es decir, la política chilena posee bases derechistas e izquierdistas arraigadas en situaciones del pasado, que siguen atormentando sus cabezas y por ende, a quienes los siguen.
Esta situación genera una falta de representación democrática en las mentalidades jóvenes, quienes actualmente poseen otros intereses e ideales, y que no ven en estos políticos un sinónimo de avance ni mucho menos de identificación.
Otra de las causas, sin duda, es la decepción de mucho de los jóvenes de entre 20 y 30, frente a las expectativas que poseían frente a la vuelta de la democracia. La promesas fueron muchas, y ciertamente, existió un avance, pero no en los niveles que se esperaban. Esta situación ha generado la creación de una "falta de credibilidad" en la política, además de la poca "transparencia" que, definitivamente, no motiva a los jóvenes de nuestro país.
La poca renovación de caras visibles en la política nacional no ayuda en la creación de una nueva juventud votante. Personajes que se mantienen en el poder hace más de 40 años, y que no pretenden por motivo alguno ceder sus puestos a entes con ideas frescas y renovadas, que realmente puedan representar los intereses de la juventud actual, es la lógica a seguir en todos los partidos de nuestro país.
Evidentemente las razones son de peso, y es entonces un trabajo conjunto a nivel nacional el que se debe efectuar para que los jóvenes vuelvan a entregarle credibilidad a los políticos. Dicha situación pareciera ser una tarea urgente, ya que si no somos nosotros los interesados, ¿quiénes serán en el futuro los encargados de generar una evolución en nuestra sociedad?
Y tú, ¿Qué opinas?¿Te interesa la política? ¿Cuál es el cambio que debe haber en nuestro país para evitar el continuo desinterés por parte de los jóvenes? Te invitamos a dejar tu visión con respecto a este importante tema.