Desde que entre a la universidad, me he sentido mal de salud unas cuantas veces. Dolores de cabeza o de guata son recurrentes en mí, y siempre acudo a la enfermería con la esperanza de que me den algo que al menos calme por el momento mi incomodidad.
Son pocas las enfemerías en las que realmente nos dan una solución a nuestro malestar. Uno puede estar muriéndose de jaqueca, pero lo único que atinan a darte es un agüita de hierba, ni siquiera con una mísera aspirina para atenuar un poquito el dolor.
Aparte que la mayoría de las enfermeras de estos lugares, te reciben con el peor de sus ánimos, y sinceramente no quedan muchas ganas de volver alguna vez a pedir algo ahí. Es como si fueran infelices con su trabajo, ya que siempre son super mala onda y prácticamente te echan del lugar con su “no, no tengo nada para darte”.
La excusa que suelen dar las enfermeras es que no tienen autorización para tener medicamentos, y que la función principal de la enfermería es actuar sólo en caso de emergencia. Por ejemplo, si alguien se cae o sufre un accidente de cualquier tipo, la enfermería debiera ser el lugar adecuado para reposar, hasta que llegue alguien que lo lleve al hospital.
Considero que la enfermería tiene que ser un espacio que nos asegure bienestar, y que al menos nos alivie momentáneamente. Sin que cumpla esta función, creo que no hace falta que estos centros de primeros auxilios existan, ya que es sólo una pérdida de plata para la U, y para nosotros significa pasar un mal rato.
¿Qué experiencia recuerdas al ir a la enfermería de tu universidad?