En la amplia gama de “personajes” universitarios, realmente hay de todo, pero si hay algo que nunca, pero NUNCA falta son los compañeros jotes: esos que siempre andan echándole el ojo a la mina rica del curso, y no pierden ni la más mínima oportunidad para invitarla a salir o decirle algún tipo de piropo.
Personalmente, me cargan los minos jotes, más que nada porque el prototipo de hombres que son, no son para muy mi gusto. Por lo general suelen ser de esos que van a fiestas a buscar alguna “gatita” para llevársela a la casa, y después nunca más en su vida pescarla.
Quizás estoy siendo muy mala onda, pero sinceramente, esa es la impresión que muchos de ellos me dan con sus actitudes. Sin embargo, a algunas de mis compañeras les gustan este tipo de chiquillos, y les siguen el juego, sobre todo porque disfrutan de esas salidas en que el jote en cuestión la invita con todo pagado a comer o tomar algo rico.
Hay distintos tipos de jotes. El clásico es ése que llega todo canchero, dice unas cuantas palabras y piensa que ya “la hizo”. A ese jote lo llameremos “hombre ardiente”, sí: como el personaje que interpreta Pedro Ruminot en el Club de la Comedia, el cual tiene a todas en la mira, y siempre busca alguna carnada nueva.
También está el “jote piola”, que es el que en clases es un poco tímido, y no demuestra mucho interés; pero que al salir con él, se convierte, y se vuelve todo un galán de teleseries mexicanas, diciendo piropos, o siendo tierno a su manera.
El otro es el “jote cargante”: ése que no se cansa nunca de insistirle a la mina, y que al final la saca por cansancio, pero no se da cuenta que más que ser bacán, es penoso, y ultra patético.
Y por último está el “jote chistoso”, que es el que jotea tirando tallas o molestando, así como lo hacen los niños cuando son chicos. Lo que no saben ellos es que nosotras cachamos al tiro su técnica, porque, como dice el dicho “entre broma y broma, la verdad se asoma”.
Y tú, ¿tienes compañeros jotes? ¿Qué piensas de ellos?
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