Mucho se ha hablado en nuestro país acerca de la fundación “Un techo para Chile” en donde cientos de universitarios se integran cada año para asistir en la construcción de viviendas básicas, más conocidas como “mediaguas”, entregadas a familias que habitan los famosos “campamentos”, pero que ahora agrandó su meta tras la catástrofe ocurrida el 27 de ferebro. Sin embargo, no muchos conocen como actúa; de donde saca fondos y, si realmente, las viviendas que entrega engloban el concepto de “dignidad”.
Personalmente, tengo la experiencia de un amigo que viajó a Chiloé a construir estas “mediaguas” hace algo más de 3 años. Su relato fue conmovedor, posicionándola incluso como una de las experiencias más gratificantes de su vida. Sin duda, creo que es una instancia bastante llenadora para quienes lo han vivido, pero no muchos saben que las medidas de dichas casas son absolutamente incompatibles con las normas internacionales de no hacinamiento.
Las conocidas mediaguas son, en otras palabras, viviendas de emergencia, y poseen una medida estandar de 18,3 metros cuadrados. Éstas no están equipadas de baño, ni instalaciones eléctricas y tampoco ventanas con vidrios. Sólo son unos paneles de madera con una sola división en su interior. En mi opinión, sin duda representan una solución para quienes lo perdieron todo tras el terremoto, pero, ¿representan realmente calidad de vida?
Según psicólogos, esta solución no ayuda a calmar la angustia, la pena ni mucho menos la impotencia de quienes perdieron lo que ganaron con tanto esfuerzo en el trasncurso de todas sus vidas.
La polémica por esta situación generó incluso desencuentros políticos en nuestro país. Hace algunas semanas el alcalde de la comuna de Llico (8va región), retiró la autorización de construir las 66 mediaguas que habían sido destinadas a su sector, argumentando que los 18 metros cuadrados sin revistimientos interiores son absolutamente indignos y no representan un estandar de calidad mínimo para las personas afectadas de dicho lugar.
Y no sólo el tamaño y la estructura de las mediaguas ha sido criticada por los sectores más poderosos de nuestro país, sino que también la lentitud con que estas han sido edificadas. A un mes del terremoto solamente se llevaban alrededor de 250 construídas, lo que parece una burla, teniendo en cuenta la rapidez con que fue realizada la teletón que conseguiría los fondos.
Otra situación preocupante para todas las familias que recibirán esta solución habitacional, es la ausencia total de filtros de humedad en estas casas, teniendo en cuenta la cercanía del invierno y las complicaciones a las que se ve enfrentada siempre nuestra población más necesitada con las inclemencias del mal tiempo.
Sin duda, rescato la labor universitaria en esta campaña, que incluso ha sido copiada en otros países latinoaméricanos con el nombre de “un techo para mi país”. La cantidad de estudiantes inscritos para lograr esta misión es asombrosa cada año. Mi crítica apunta hacia la poca capacidad de generación de viviendas dignas para las familias que lo perdieron todo.
Chile, siendo un país con riesgo constante de desastres naturales, debiese preocuparse mucho más de destinar recursos de emergencia, guardados bajo siete llaves, para, de algún modo, ayudar a instituciones como un Techo para Chile, para hacer mucho más eficiente su labor. No podemos olvidar que esta organización no es gubernamental, por lo que no recibe ingresos directos estatales.
Su financimiento se realiza, en su gran mayoría, con donaciones de empresas y particulares, tal como se vio demostrado en la última teletón realizada en nuestro país, en donde se logró conseguir más de 45 mil millones de pesos. Aportes exclusivamente extraídos de los bolsillos de la propia ciudadanía, sin embargo, donde está acá el aporte neto de nuestro gobierno.
Ya es hora de que los gobiernos comiencen a preocuparse por las condiciones habitacionales que están recibiendo los más necesitados de nuestro país. El aporte estatal, en estas obras, sería fundamental en la creación de una nueva generación de viviendas con nuevos estándares de calidad, mucho más dignas y representantes de párametros mundialmente desarrollados.
Aplaudo la labor de un Techo para Chile, ya que su inciativa podría ser el comienzo de una visión social de nuestro país, capaz de erradicar de manera total la pobreza de nuestros límites. Sin embargo, desapruebo completamente la preocupación de los gobiernos, en no fiscalizar y aportar, en que las viviendas cumplan realmente con las condiciones en que todo chileno merece vivir.
[YT]ETNlwvxFFx8[/YT] Te invitamos a aportar en la generación de este debate. ¿Crees que las casas entregadas por un techo para Chile representan una solución verdadera? ¿estamos progresando como país, o nos estamos quedando estancados con párametros mediocres de calidad? ¿cuál es la influencia que debiese tener y NO TIENE, el gobierno de nuestro país?
Un techo para Chile: http://www.untechoparachile.cl/
Voluntariados Chile: http://www.entodoamaryservir.cl/