Chile es un país con muy poca costumbre de leer. No hay que hacer muchos estudios para darse cuenta que son muy pocas las personas que poseen el hábito de interiorizarse a menudo con un libro, o quizás, simplemente leer el diario. Si esto es así para la población adulta, la brecha se ensancha aún más si se trata de jóvenes. Esto es por varias razones, entre ellas: la comodidad que les ha entregado la era tecnológica, y la inmediatez que les brinda Internet.
Esta situación, genera una problemática cultural a nivel de país bastante grande. Tras estudios realizados por diversas universidades, se llegó a la conclusión de que sus estudiantes no entienden lo que leen, lo que, evidentemente, complica la capacidad de entendimiento de los diversos ramos de su carrera, evidenciando graves problemas de formación académica.
La disminuida comprensión lectora que poseen los universitarios de nuestro país, se debe, en gran parte, al inexistente hábito de lectura que estos tienen. Es decir, nunca se les enseñó a tomar un libro por entretención o costumbre, sólo por obligación, lo que ha provocado inmediatamente un rechazo generacional.
Y la situación no sólo abarca lo académico, la familia también cumple un rol fundamental en los hábitos de lectura. La carencia de libros en los hogares chilenos es una realidad, las cifras hablan por sí solas: 1 de cada 4 familias chilenas dice no tener ningún libro en sus casas. Esto genera que hoy en día cada vez sean menos los jóvenes que leen, y de los que lo hacen, una muy pequeña parte dice entender a cabalidad.
La falta de concentración y el poco vocabulario que manejan los jóvenes son otros de los factores de la mala comprensión lectora que estos poseen. Esta situación es, sin duda, un círculo vicioso, ya que mientras menos se lea, menos se adquirirán estas dos procesos.
Es importante realizar una revisión nacional, a nivel educacional completo. Es decir, el estímulo de la lectura es un proceso que debe realizarse desde los primeros años de escolaridad, y es ahí donde se debe poner énfasis en las metodologías para que las próximas generaciones no sigan reptiendo este mismo patrón.
¿Cuál es tu experiencia con la lectura? ¿Te cuesta entender? ¿Cuáles son tus métodos de concentración? Te invitamos a darnos tu opinión frente a esta grave problemática educacional de nuestro país.