No podemos negarlo, hay momentos en que nos damos cuenta que nuestro closet va a explotar. Sobre todo las mujeres, de vez en cuando queremos renovar nuestras prendas de vestir, y no sabemos qué hacer con todo lo que ya por nada del mundo queremos ponernos.
Entonces, surge la gran pregunta: "¿Qué hago con toda esta ropa?" La primera alternativa que se nos puede pasar por la cabeza es regalarla a otras personas, sobre todo ahora con todo el cuento del terremoto. Pero, aceptémoslo, nuestro bolsillo también sufre grandes daños, y necesitamos buscar alternativas para juntar plata y ahorrar.
Es por eso que una perfecta solución a todos nuestros problemas es vender toda la ropa que nos sobra. Personalmente, esta opción ha significado un gran ingreso para mí. Hace unos años mi panorama de todos los domingos era ir a instalarme en el Parque Forestal y hacerme la américa con todo lo que vendía en sólo unas horas. La lata es que ahora casi siempre está lleno de carabineros, y uno ya no puede estar ni cinco minutos sin que te echen.
Hay universidades en que varias veces hacen "ferias de las pulgas", donde los estudiantes pueden llevar sus cosas y vender durante una tarde completa, pero también ésta es una práctica que se ha dejado de lado y se hace con poca frecuencia.
Pero ahora existen otras formas de vender. El glorioso Internet (aleluya!) nos ha brindado plataformas tan bacanes como lo son Facebook y Flickr. En el primer caso, crear grupos a modo de "tienda virtual", subiendo nuestras prendas con los precios y medidas, es una alternativa ideal. Algo parecido sucede con Flickr: existen cientos de personas que tienen su ropa usada publicada en los diversos sitios. Nunca falta alguien a quien le llame la atención alguna de nuestras cosas.
El sistema de venta es super simple. Generalmente consiste en ponerse de acuerdo vía mail con la persona interesada, y coordinar un lugar y un horario que le acomode a ambas partes. Así, harás feliz a alguien con su compra, y tú te irás con plata que no tenías. Fácil y bonito para todos.
Ya saben, vender la ropa que ya no nos gusta es una perfecta manera de juntar dinero y renovar nuestros closets, juntar plata o hacer lo que queramos con esos sagrados billetitos que no teníamos.