Seguramente cuando estabas en el colegio, muchas veces te sentiste estresado por las pruebas, trabajos, PSU, etc., sin embargo, entrando a la universidad, muchos nos dimos cuenta que aquel estrés no era ni un tercio de lo que nos toca enfrentar ahora.
Y es que en la educación superior no sólo necesitamos tiempo para estudiar, sino que es necesario dividir nuestro día en un montón de quehaceres más. Para muchos, esta época ha significado también el comienzo del camino laboral, con trabajos part time que te ayuden a pagar tus estudios, o para algunos más afortunados, para darse sus gustitos.
Si a esto le agregamos la familia, pololo/a y amigos, pareciera ser que no hay espacio ni para un respiro entre cada una de las actividades semanales. Pero aunque parezca imposible, si te organizas de buena forma y utilizas bien cada hora del día, te aseguramos que hasta un pequeño tiempo para flojear tendrás. Acá te damos algunos tips.
Lo principal, siempre, es priorizar tus deberes. Es decir, si tienes una prueba importante en los próximos días y te invitan a un evento social, lo aconsejable es que primero le dediques tiempo a fortalcer los conocimientos para ese examen.
Lo mismo pasa con el trabajo. Siempre es fundamental demostrar tu responsabilidad frente a cualquier labor que desempeñes. Es por esto que te recomendamos siempre respetar los horarios de entrada y salida de tu trabajo con puntualidad, ya que las excusas y atrasos podrían poner en peligro de puesto laboral.
En segundo plano, pero no por eso menos importante, están tus quehaceres sociales. Entre ellos está tu familia. Como consejo, te recomendamos destinar el almuerzo del domingo para ellos, y no descuidar este momento, ya que aunque nunca lo notemos, son los que siempre están con nosotros y nos brindan su apoyo incondicional.
Por otro lado, están tus amigos y/o pololo/a. El mejor consejo es dejar uno de los dos días (o noche, para los más bohemios) para dedicárselos a ellos. Una junta con compañeros o visitar a amigos que no veíamos hace tiempo, sin duda, hace un cambio en nuestro ánimo que nos deja con las pilas puestas para enfrentar la nueva semana que se avecina.
Cada domingo por la noche revisa los quehaceres de la semana entrante, y visualiza el tiempo que destinarás a cada cosa. Te aseguramos que si logras interiorizar en tu vida la palabra “organización”, ya nunca más desearás que el día tenga más de 24 horas.