Desde mi punto de vista, uno cuando pasa de ser escolar a universitario muchas cosas cambian, pues adquieres nuevas responsabilidades y una nueva vida también, vida de universitario que es muy diferente a la de un escolar, y es ahí donde por lo menos yo caí en la perdición de la comida chatarra. Esta es una historia muy personal, pero creo que muchos se sentirán identificados, o por lo menos unos cuantos. Cuando entre a la U, llegué al mundo de Republica donde en cada esquina te saltaba un/a vieja/o encima y te ofrecía choripanes, arrollados, anticuchos, completos, empanadas o sopaipillas. Era aterrador. Lamentablemente la comida fue más fuerte que mi cabeza… y sí… me compraba todas esas tonteras, y es ahí donde subí como 15 kilos en un año. Luego me cambié de carrera y de sede, donde con suerte vendían arrollados afuera, pero aún así seguía comiendo tonteras como Burger King, McDonalds o Pizzas, ya que me juntaba a hacer trabajos hasta altas horas de la noche y necesitábamos comer. Creo yo que el entrar a la U influye mucho, aunque igual hay gente que siempre lleva dietas estrictas y no las rompe con nada, pero también existen los débiles como yo, que se derriten cuando ven un italiano con mayo casera en la calle.
Universitarios + Comida chatarra = La peor combinación
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