¿Te sientes todavía de vacaciones? ¿No logras engancharte aún en las clases y sientes que has perdido el ritmo de estudio? Acá van unos datitos para que vuelvas a ser el joven aplicado de antes y dejes de lado ese letargo que nos envolvió a todos en el verano.
Primero que todo, debes meter en tu cabeza la palabra “organización”. La base para todo sistema de estudio fructífero es, sin duda, la forma en que divides tu tiempo y como ordenas y compatibilizas tus actividades cotidianas con los deberes estudiantiles.
Será importante, entonces, que establezcas un horario definido de estudios, para esto, has un rápido repaso de tus actividades habituales. Es recomendable que elijas una hora determinada del día para dedicarla a los quehaceres universitarios, así, transformas el estudio en un hábito, que es lo ideal.
Muchos nos preguntamos cual es la mejor hora para estudiar: mañana, tarde o noche. Lo cierto es que todas tienen sus pros y contras. Quienes prefieren la mañana, argumentan que es el momento en el que poseemos más energía, sin embargo, este podría provocar falta de concentración y deseo de actividad física.
Por otro lado, a pesar de estar cansados, algunos optan por la noche, lo que no es del todo un error. Expertos dicen que toda la información recibida antes de quedarse dormido, luego se recordará mucho mejor, ya que nuestro cerebro sigue funcionando de noche y las huellas de la memoria se consolidan con más fuerza en nuestro interior.
Pese a la diversidad de preferencia en cuanto a la hora del día, todos los expertos están de acuerdo en que la peor de todas es después de haber comido. Y esto tiene una explicación lógica: la comida entrega un inevitable estado de somnolencia a nuestro cuerpo, que inhibe la concentración.
Sea cual sea el horario que escojas, es importante que focalices el tiempo que destinarás a cada jornada de estudio. Expertos recomiendan 3 horas diarias, pero sabemos que no es necesario ser tan estrictos, todo depende de la cantidad de labores que tengas. Lo que sí te aconsejamos, es que no la hagas todo de un tirón.
Te recomendamos el siguiente plan: estudia 55 minutos y descansa 5; en la segunda sesión concéntrate 50 y despéjate 10 y, finalmente, retoma los siguientes 45 minutos.
Si sigues esta técnica a diario, te aseguramos que ya no te pillaran ni las pruebas ni los rojos, y lo que es mejor, el fin de semana podrás descansar y carretear de lo lindo.