Las ayudantías, independiente de generar unas lucas extras para nuestro bolsillo, nos brindan varios beneficios a lo largo de nuestra carrera, donde el alumno comienza a insertarse al ambiente de lo que eligió para estudiar y genera mayor nivel de confianza en los contenidos aprendidos.
Muchos ponemos más atención a un ramo en la universidad, o nos queda gustando más que los demás, o simplemente tenemos mayor facilidad para entenderlo. Cuando esto sucede, y tu rendimiento académico lo amerita, el profesor te ofrece una ayudantía de su cátedra.
Las ayudantías son sin duda una plataforma para poder comenzar a generar los primeros contactos profesionales, o un puntapié inicial para pensar en seguir, luego del fin de nuestros estudios, en el área docente. Además nos dan la posibilidad de poder generar nuestras primeras remuneraciones extras.
Se entiende por ayudante, quien colabora con las clases del profesor, de manera que complemente sus ideas dentro del aula, y gestione ayudas adicionales sobre el ramo y sus contenidos.
Los requisitos para poder acceder a ser un futuro ayudante varían de acuerdo a la casa de estudio, pero dentro de los principales factores tenemos mantener una conducta intachable en la parte académica, tener buenas calificaciones, tener la aprobación de la vicerrectora académica, no haber cometido faltas que podrían haber causado una posible expulsión de la carrera, etc.
Para Francisco Carrasco, ex alumno de la Universidad Bernardo Ohiggins, donde se desempeñó como ayudante de la cátedra de radio en la carrera de periodismo, “es importante realizar estas labores porque es interesante poder repasar los ramos que te gustan y poder aprender a traspasar lo que tu aprendiste a chicos que están entrando muchas veces a estudiar la carrera, sin saber nada de ella”.
“Es una doble responsabilidad porque aparte de estudiar en forma constante el ramo, tienes que tener claro que debes cumplir en los otros también. Es por esto que hay que ser ordenado y hacerlo con mucha responsabilidad” asegura Carrasco.
Lo principal es comenzar a relacionarnos en otras situaciones y tomar responsabilidades frente a la universidad. En el fondo demuestra tu calidad como alumno y es una motivación para seguir estudiando lo que realmente nos gusta.
Por otro lado, el profesor de la universidad Internacional Sek, Juan Montoya, comenta que “para un alumno es motivante ser un ayudante, porque le da herramientas adicionales, como mas responsabilidades, un cierto dominio de situaciones, generar nuevas formas de estudios, etc.”
“Es un lugar donde la ética, el buen comportamiento, los deberes y las ganas de enseñar son preponderantes y necesarios para un buen desempeño, porque ahí los alumnos se dan cuenta de lo difícil que es enseñar” comenta Montoya.
Para el profesor es interesante la incorporación de los propios alumnos en las clases porque “se pueden crear nuevas instancias de estudios, donde se hagan ejercicios o trabajos más participativos y asesorados con un toque de juventud otorgada por el seleccionado”.
Las tareas habituales de los ayudantes son corregir pruebas, tomar solemnes, hacer papers, e incluso a veces realizar algunas clases.
Lo importante destacar es que independiente de todos los requisitos académicos, tienes que tener simpatía y mucha iniciativa para ser un alumno destacado y elegido por los profesores.
Así que si crees que reúnes todas las condiciones, es muy probable que seas uno de los tantos ayudantes que cada día contribuyen, en conjunto con los docentes, a entregar una mejor enseñanza en la educación superior.